dimarts, 4 d’octubre del 2011

Estudiar, estudiar para NO trabajar

La situación económica actual está absorviendo a todos aquellos jóvenes que en su día decidieron ampliar sus estudios básicos para seguir formándose y así algún día trabajar en el área en la cual se especializaron. Todo el mundo parecía animarles a que continuaran, a que no abandonaran los idiomas y a que ya una vez acabada la carrera hicieran un máster. La estrategia parecía perfecta, y con ella un futuro más que asegurado.
Pero, una vez acabados toda la retahíla de estudios resultó que el mercado laboral estaba saturado y además saturado de personas con más experiencia. Había llegado la crisis y con ella los despidos de los trabajadores.
Algunos de ellos tuvieron suerte y encontraron trabajo de lo "suyo" o no. Otros se apuntaron al INEM e incluso siguieron formándose después de la larga y costosa preparación que habían recibido. Y otros decidieron marcharse a trabajar fuera de las fronteras del país, como hiceron sus abuelos. Pero ya no se iban ni a Francia ni a Alemanía, como los antepasados si no que además han abierto para los que venimos detrás, nuevos lazos con otros países como China, Japón, Argelia, Emiratos Árabes...
Un caso que me toca de cerca:  un joven de 29 años, licenciado en Sociología por la Universidad de Alicante, inglés alto (viviendo un año y medio en Estados Unidos) conocimientos básicos de francés y alemán. Después de esto en su país no había trabajo. Actualmente vive en Alemania, trabajando para Nintendo.

Entonces, ¿qué nos espera a los que venimos detrás? Supongo que muchos de nosotros intentaremos establecer una vida en España, buscaremos trabajo en todas las guías de empresas, boletines oficiales, medios de comunicación... haremos todo lo que este en nuestras manos para poder romper con la barrera de la crisis. Pero el conflicto se encuentra en sí nos dejaran trabajar. Hemos llegado los últmos, cada vez la cola se llena de personas con más experiencia y la introducción en el mundo laboral parece más complicado.
Las empresas no apuestan por los jóvenes, no quieren adaptarse a los nuevos modelos de sociedad que proponemos ya que rompen los esquemas de su visión empresarial.
Solo pido un favor, y es dejarnos empezar a cambiar el rumbo laboral. Somos una generación que tiene la oportunidad de viajar mucho, gracias a las compañías de low cost (Ryanair, Easy Jet, Vueling...)de conocer diferentes culturas y de poder ver que en otros lugares las cosas se hacen diferentes y los resultados son excelentes. Tenemos mucho que hacer pero necesitamos que los expertos en distintas áreas (empresarial, política, económica, comunicación...) confíen en nosotros.


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